Lúdica artista cancunense quien ha
exhibido su trabajo alrededor del mundo, México, Canadá, España, Cuba,
Alemania, Francia, EUA, Belice y Brasil. Marisol recupera las milenarias
expresiones de alegría y el gusto por la existencia que son propias de la
Cultura Totonaca.
Para construir su obra, parte de su
realidad, de sus recuerdos infantiles cuando se asomaba al microscopio del
padre médico y se sorprendía de esos mundos tan ricos en formas y con una
intención produce en el plano actual una tercer realidad: sus personajes
mágicos, quienes se transforman, diciéndonos que existen los disfraces en un
mundo donde la vida social sufre un cambio constante, evoluciona, involuciona,
crece y decrece. Finalmente todos nos disfrazamos diría la pintora.
Las sirenas y los animales son una
temática recurrente en su obra ubicándolos en un espacio sin fronteras, los
dota de valores y conceptos vitales como la dualidad y retrata al instante que
define al amor.
El discurso pictórico se expande o
contrae de acuerdo a los objetivos a plasmar de la autora, a través de la vista
–esa cualidad mágica de la carne- no es sólo para acceder a actitudes inocentes
o perversas en la obra sino también para mostrar un conocimiento y amor por la
vida. Ella es objeto de un intenso diálogo interno que nutre de contenidos
iconográficos sus lienzos, de campos de color muy definidos demuestra una
pasión por la línea pero no la recta, la ondulada.